domingo, 22 de abril de 2018

Retropost #2117 (22 de abril de 2008): Descentralizaciones

Sobre algunos inconvenientes o peligros de la descentralización en la Universidad, habida cuenta de sus tendencias feudales tan arraigadas.

Comentario puesto en el blog de Rafael Navarro, uno de los candidatos a rector de la Universidad de Zaragoza, en un post sobre la política de descentralización que él ve necesaria en la Universidad.

La descentralización puede tener efectos de doble filo. Me refiero no sólo a la geográfica, sino a la delegación de funciones y normas a los departamentos y centros. Donde no está el Rectorado para unificar criterios y aclarar cuáles son las normas generales vigentes, y aplicables a todos, a veces los feudos locales campas a sus anchas, y en lugar de modernizar la Universidad lo que hacems es enquistar sus vicios adquiridos. Es importante que, ademas de saber qué está descentralizado, el Rectorado tenga una normativa clara sobre los límites de tal descentralización. Aunque dudo que en el nivel de complejidad organizativa de la Universidad se llegue a llevar una política coherente en este sentido. Una vez algo se descentraliza tiende a funcionar no de acuerdo a unos principios generales sino de acuerdo a los intereses locales dominantes. Véase el Estado de las Autonomías, donde los límites de la autogestión no se conocen, o están siempre por expandir—causando a la vez muchas satisfacciones a quienes cortan el bacalao en un lugar dado, y disgustos a quienes intentan apelar a una normativa general que queda como un puro ornamento teórico.

Muchas veces hemos percibido en nuestro departamento universitario (Filología Inglesa y Alemana) un modelo a pequeña escala de dinámicas políticas que lo trascienden. Y es normal: una organización estatal tiende a ser una muestra (o un síntoma diríamos) de lo que sucede en el Estado en su conjunto y de las maneras de hacer que rigen efectivamente la acción política y que furrulan en un momento dado, aunque creen disfunciones graves a la larga.

Un ejemplo: la manera en que el Rectorado ha dejado hacer a nuestro departamento, cuando ha creado su normativa particular para las nuevas titulaciones, normativa que impide a ciertos profesores (entre los que me encuentro) dirigir tesis o impartir docencia en segundo ciclo. Es una normativa cuyos criterios son tan ad hoc que no tienen paralelo en otros ámbitos de la misma universidad, sin ir más lejos. El Rectorado ha declarado esa normativa contraria a derecho, y la ha anulado en un par de ocasiones...  Pero cuando el Departamento sencillamente sigue aplicándola (tras tacharla de sus papeles), pues el Rectorado ya no interviene y deja hacer. Con lo cual, más que una descentralización, se produce una suplantación, con una proliferación local de pequeños rectores / lehendakaris, autoridades máximas en su corrillo. Que por supuesto les vota "democráticamente" sus propuestas, y los damnificados que ladren.

Política coherente, vaya—coherente con unas maneras de hacer que no llevan a ningún sitio. Son soluciones aparentes de conflictos por la vía del dejar hacer, que no es sino una manera de agravar esos conflictos a largo plazo. Ahora, descentrado, lo que se dice descentrado, sí que está el asunto.

(Texto enviado el 24/4/08 al Rincón de Opinión de la Universidad de Zaragoza)




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