martes, 31 de mayo de 2016

Steven Pinker, 'From Neurons to Consciousness'




A partir del minuto 45 especialmente, explica Pinker la organización de circuitos neuronales que organizan la activación e inhibición de los impulsos y mediante la retroalimentación de la activación, dan lugar a fenómenos como ilusiones ópticas.

Pero de modo más general, pueden explicar estos patrones de activación, inhibición y retroalimentación, de vaivén entre los diferentes circuitos neuronales, la gestión de la atención, y también lo que he llamado la teoría de la consciencia como retroproyección, o de la consciencia como proyección mental de la realidad. Estas estructuras retroalimentativas permiten que proyectemos sobre la realidad percibida la realidad virtual (colectivamente construida) que contiene nuestra cabeza, la realidad no bruta sino conceptual y lingüísticamente organizada. Dando lugar a la realidad en que vivimos, que es realidad aumentada cognitivamente.





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Federico a las 8: El PSOE cede ante Cataluña - 31/05/16

"L'Identité malheureuse" Alain Finkielkraut

Un último rayo

Un último rayo copia

Retropost #965 (31 de mayo de 2006): Embarazo comunicado



¡Vaya! Alguien se ha embarazado...  y no me dejan decir quién. Pero bueno, tranquilidad, que no soy yo. De momento está la cosa reciente, pero con un poco de perspectiva temporal se vio que en efecto no había ninguna razón para el pánico. Menos mal que, contra lo que se solía decir, no se embarazaba una de golpe, sino poco a poco; y así pasito a pasito, en unos meses la premamá ya lucía una hermosa barriga, y tan a gusto. Así había tiempo de hacerse a la idea y organizar el asunto. ¡Enhorabuena!




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Retropost #964 (31 de mayo de 2006): La Mort en direct


Poursuivant une vieille obsession avec la focalisation, avec The Lady of the Lake et, oui, avec la mort en direct, j’ai déniché ce film de Bertrand Tavernier (1980) que j’avais raté à l’époque. D’après la présentation du DVD, "c’est l’histoire d’un homme, Roddy, qui a une caméra greffée dans le cerveau et qui filme donc tout ce qu’il regarde. C’est l’histoire d’une femme, Katherine Mortenhoe, qui s’enfuit pour ’mourir libre’. Voulant échapper aux médias, en l’occurrence une émission de télévision, elle ne sait pas qu’elle est aidée dans sa fuite par celui qui la filme . . . "

On voit bien que c’est un film qui anticipe certains des développements les plus intéressants de la métafiction cinématographique contemporaine: l’envahissement de la réalité par les médias, l’usage réflexif de la trash-TV et l’ambivalence de l’image reçue par le spectateur, dont on ne sait pas au juste à l’occasion s’il s’agit d’un signal interne au film ou bien de l’image extradiégétique, avec de belles possibilités d’ambiguité. Ce n’est pas dire que Tavernier les exploite à fond, mais il y a là certainement bien d’éléments intéressants pour nous qui sommes friands de la virtualisation de la réalité par les médias. On trouve de belles idées qui pourraient aboutir à des directions telles que The Truman Show, ou bien eXistenz, ou encore Matrix. 

Ceci dit, il y a bien d’éléments absurdes dans le script, à commencer (ou finir) par la mort de l’héroïne. Y avait pas de quoi mourir et puis Romy Schneider, magnifique, n’arrive cependant pas à jouer la mourante, plutôt l’élégance dans la mort. Hélàs, elle allait mieux faire bientôt… c’est presque la mort en direct de ce point de vue, il y a des scènes un peu uncanny si l’on pense à Romy Schneider, bientôt suicide dans le film et dans la vie, en train de recevoir d’un docteur la fausse nouvelle, "Vous allez mourir", sous le regard des espions derrière le faux miroir, et derrière les faux yeux, et derrière l’écran… nous mêmes.

Il y a à craindre, aussi, que beaucoup de spectateurs trouveront à peine supportable le choix initial de présenter un hypothétique futur où "l’on ne meurt plus comme avant" sous l’habit d’un présent complètement plat, sans aucune concession au look sci-fi. Surtout lorsque ce présent-là devient un rétro-futur, vu un quart de siècle après… et, est-ce vrai que les gens s’habillaient et se peignaient ainsi en 1980? C’est bel et bien les seventies, ou encore les sixties.

Pour Harvey Keitel, c’est une expérience transformatrice que de jouer la caméra vivante dans cette charade, et il reviendra (comme Catherine) au passé, à sa première femme. Mais Romy choisit la mort plutôt que de vivre sous l’oeil de la caméra. Hélàs, il faut bien s’y habituer, bientôt on aura tous un webcam sous la paupière, ou devant elle.


La Mort en Direct. Dir. and coprod. by Bertrand Tavernier. Written by David Rayfiel and Bertrand Tavernier. Cast: Romy Schneider, Harvey Keitel, Harry Dean Stanton, Thérèse Liotard, Caroline Langrishe, William Russel, Vadim Glowna, Eva Maria Mbinere, Bertrand Wicki, Max von Sydow. Photog. Pierre William Glenn. Sound by Michel Desrois. Sets by Tony Pratt and Bern Lepel. Costumes by Judy Moorcroft. Ed. Armand Psenny and Michael Ellis. Music by Antoine Duhamel. Prod. des. Louis Wipf. Exec. prod. Jean Serge Breton. Selta Films / Little Bear / Sarra Films / Gaumont / Antenne 2 / TV 14 Munich, 1980. DVD. StudioCanal, 2005.*



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Retropost #963 (31 de mayo de 2006): Les 45 coups

Vaya, acaban de hacerme caer en que mañana es mi cumpleaños . . .  y caen cuarenta y cinco. Por favor, que no se moleste nadie en felicitarme, no hay de qué. Soy de los que lo llevan mal. Cualquier tiempo mejor fue pasado. Pamplinas, ya lo sé, pero no hablo de datos comprobables, ni de creencias intelectuales, sino de un unaccountable feeling.

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(Pues anda que hoy, que van a caer los 55... he tenido un sueño increíblemente vívido en el que caía en la cuenta de que me había olvidado de que tenía otro hijo, de una vida anterior, con una vieja amiga, y que me había olvidado. De comentarlo, de pasar la pensión alimenticia, de visitarlo por su cumpleaños... Qué cabeza. Me ha entrado la duda, al despertarme).



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Del sentido de la vista (La semiótica de la visión en Adam Smith)


Fragmento de la sección sobre la vista del ensayo de Adam Smith "De los sentidos externos." En Smith, Ensayos filosóficos. Madrid: Pirámide, 1998. 137-72.  Se encuentran aquí interesantes precedentes de la concepción interaccional de los sentidos que aparece en la filosofía de H. G. Mead—del mismo modo que Berkeley es un precedente pasmoso de la fenomenología a principios del siglo XVIII.

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DEL SENTIDO DE LA VISTA

El Dr. Berkeley en su Nueva Teoría de la Visión, uno de los mejores ejemplos de análisis filosófico que cabe encontrar en nuestra lengua o en cualquier otra, ha explicado con tanta precisión la naturaleza de los objetos de la vista, sus diferencias y sus correspondencias y nexos con los del tacto, que apenas tengo nada que añadir a lo que ya se ha dicho. Si he tenido la presunción de abordar el mismo asunto después de un maestro tan insigne es sólo para que algunas de las cosas que diré más tarde resulten inteligibles a los lectores que puedan no haber tenido la oportunidad de estudiar su libro. Lo que tenga que exponer sobre el tema, si no ha sido tomado de él directamente, al menos ha sido sugerido por lo que él ha escrito.

(...)


El benévolo objetivo de la naturaleza al concedernos el sentido de la vista es evidentemente informarnos acerca de la posición y distancia de los objetos tangibles que nos rodean. Del conocimiento de esa distancia y posición depende toda la conducta de la vida humana, en los asuntos más triviales tanto como en los más relevantes. Incluso el movimiento animal depende del mismo, y sin él no podríamos movernos y ni siquiera estar quietos con total seguridad. Los objetos de la vista, como subraya acertadamente el Dr. Berkeley, constituyen una suerte de lenguaje que el autor de la naturaleza dirige a nuestros ojos y por medio del cual nos informa acerca de muchas cosas, cuyo conocimiento resulta para nosotros de la mátima importancia. Así como en el lenguaje corriente las palabras o sonidos no guardan semejanza alguna con las cosas que denotan, en este otro lenguaje los boejtos visibles no guardan similitud alguna con el objeto tangible que representan y de cuya posición relativa nos informan—con respecto a nosotros mismos o algún otro objeto.

Admite que aunque virtualmente no existe palabra que por naturaleza esté mejor preparada para expresar un significado que otro, ciertos objetos visibles están mejor preparados que otors para representar ciertos objetos tangibles. Un cuadrado visible, por ejemplo, es más idóneo que un círculo visible para representar un cuadrado tangible. Quizá no exista, hablando con propiedad, un cubo visible o un globo visible, y los objetos de la vista son todos presentados naturalmente a nuestros ojos como si estuvieran sobre una superficie. Pero a pesar de todo existen ciertas combinaciones de colores preparadas para representar al ojo tanto al cubo tangible cercano como al disante, tanto sus líneas, ángulos y superficies que avanzan como las que retroceden; y hay otras perparadas para representar del mismo modo tanto la superficie del globo tangible que se aproxima como la del que se aleja. La combinación que representa al globo tangible no servirá para representar al cubo tangible. Aunque pueda no haber semejanza, entonces, entre los objetos visibles y tangibles, existe una suficiente afinidad o correspondencia entre ellos para hacer que cada objeto visible sea más idóneo para representar un cierto objeto tangible en concreto antes que ningún otro objeto tangible. Pero la gran mayoría de las palabras parecen no mantener ninguna clase de afinidad o correspondencia con los significados o ideas que expresan; y si la costumbre así lo ha ordenado, también podrían con igual propiedad ser utilizadas para manifestar cualquier otro significado o idea.

El Dr. Berkeley, con esa facilidad para la ilustración que casi nunca lo abandona, destaca que esto en realidad no es más que lo que ocurre en el lenguaje corriente; y que aunque las letras no son en nada parecidas a las palabras que denotan, a pesar de ello la misma combinación de letras que representa una palabra no siempre será apta para representar otra; y que cada palabra es mejor representada siempre por su propia combinación de letras. La comparación, empero, resulta aquí totalmente alterada. El nexo entre los objetos visibles y tangibles fue ilustrado primero mediante la comparación entre el lenguaje hablado y los significados o ideas que el lenguaje hablado nos sugiere; yha ahora es ilustrado mediante la conexión entre el lenguaje escrito y el oral, lo que es totalmente diferente. Además, ni siquiera esta segunda ilustración se aplica perfectamente al caso. Es verdad que cuando la costumbre ha determinado exactamente las potencialidades de cada letra, cuando ha estipulado, por ejemplo, que la primera letra del alfabeto siempre ha de representar tal sonido, y la segunda letra tal otro sonido; cada palabra llega entonces a ser representada por una cierta combinación de letras o caracteres escritos más correctamente que por ninguna otra combinación. Pero aun los caracteres mismos son totalmente arbitrarios, y no tienen afinidad o correspondencia de ninguna clase con los sonidos articulados que denotan. El carácter que señala la primera letra del alfabeto, por ejemplo, si la costumbre así lo hubiese ordenado, podría con total propiedad haber sido utilizado para expresar el sonido que hoy anexamos a la segunda, y el carácter de la segunda para expresar el que hoy anexamos a la primera. Pero los caracteres visibles que representan ante nuestros ojos el globo tangible no representarían tan bien el cubo tangible; y los que representan el cubo tangible no representarían con tanta propiedad el globo tangible. Existe, pues, evidentemente, una cierta afinidad y correspondencia entre cada objeto visible y el objeto tangible concreto por él representado, muy superior a la que tiene lugar entre el lenguaje escrito y el oral, o entre el lenguaje hablado y las ideas o significados que sugiere. El lenguaje que la naturaleza dirige hacia nuestros ojos tiene claramente una idoneidad representativa, una aptitud para significar las cosas precisas que denota, muy superior a la de cualquiera de los lenguajes artificiales que el arte e ingenio humanos han sido capaces de inventar hasta hoy.dinovalls

El que esta afinidad y correspondencia entre los objetos visibles y tangibles no puede de por sí, y sin la asistencia de la observación y la experiencia, enseñarnos a inferir por cualquier esfuerzo racional qué objeto tangible preciso es representado por cada objeto visible, si no es suficientemente evidente por lo dicho hasta aquí, lo será completamente a partir de las observaciones del Sr. Cheselden sobre el joven ya mencionado que operó de cataratas. "Aunque decimos que este caballero estaba ciego—afirma el Sr. Cheselden—como lo hacemos de todas las personas que padecen cataratas, en realidad nunca están por tal causa ciegos, sino que pueden discernir el día de la noche; y en la mayoría de los casos pueden con una luz potente distinguir el blanco, el negro y el escarlata; pero no pueden percibir la forma de ninguna cosa, porque la luza a la que se efectúan tales percepciones entra oblicuamente a través de humor ácueo, o la superficie anterior del cristalino (por la que los rayos no pueden enfocarse sobre la retina), y no pueden discernir, como no podría un ojo sano a través de un cristal lleno de jalea, donde una gran variedad de superficies refractan la luz de modo tan diferente que los numerosos haces de rayos no pueden ser recogidos por el ojo en su foco apropiado; de ahí que la forma de un objeto en tal caso no puede ser percibida en modo alguno, aunque su color sí; y así fue cómo este joven, aunque conocía esos colores separados a la luz del día, cuando lo vio después de la operación, las ligeras ideas que tenía antes sobre ellos no le resultaban suficientes para reconocerlos después; y por eso creía que no eran los mismos que antes había conocido con tales nombres". Este joven, pues, tenía alguna ventaja sobre la persona que de un estado de ceguera total pasa a ver por primera vez. Tenía una noción imperfecta de la distinción entre colores; y debió saber que esos colores poseían alguna clase de conexión con los objetos tangibles que que se había acostumbrado a sentir. De haber emergido de una ceguera completa sólo podría haber aprendido esta conoexión a partir de un curso prolongado de observación y experiencia pero lo poco que dicha ventaja le sirvió queda claro en parte de los pasajes del relato del Sr. Cheselden ya citados, y del siguiente:

"Cuando vio por primera vez—afirma este diestro cirujano—ponderaba tan mal las distancias que pensaba que todos los objetos tocaban sus ojos (así lo decía) como sentía que lo hacían con su piel; y creía que no había objetos tan agradables como los suaves y regulares, aunque no podía formarse una opinión sobre su forma o averiguar qué era lo que en cualquier objeto le agradaba. Desconocía la forma de todo y no distinguía una cosa de otra, por distintas que fueran su forma o magnitud; pero cuando se le apuntaban las cosas cuya forma conocía él antes por el tacto, las observaba cuidadosamente, de modo de reconocerlas después; aunque como debía familiarizarse con mucho objetos a la vez, olvidaba a bastantes de ellos; y (como él decía) primero aprendía a conocer, y después se olvidaba de mil cosas al cabo del día. Relataré sólo una circunstancia (aunque pueda parecer insignificante): al haberse olvidado muchas veces cuál era el gato y cuál el perro, sentía vergüenza de preguntar; entonces tomaba al gato entre sus manos (conocía su tacto), lo miraba con resolución, y después lo dejaba en el suelo diciendo: minino, ya sabré quién eres la próxima vez".

Cuando el joven declaraba que los objetos que veía tocaban sus ojos ciertamente no quería decir que presionaban o resistían contra sus ojos; porque los objetos de la vista nunca actúan sobre el órgano en ninguna manera que se asemeje a la presión o la resistencia. No podía querer decir más que estaban cerca de sus ojos o, para hablar con más propiedad, quizá, que estaban en sus ojos. Una persona sorda que pudiera de pronto oír, podría del mismo modo naturalmente proclamar que los sonidos que oye tocan sus oídos, queriendo decir que los siente cerca de ellos o, por decirlo con más propiedad, quizá, dentro de ellos.

El Sr. Cheselden añade después: "Pensamos que pronto se daría cuenta de lo que eran los cuadros que se le mostraban, pero comprobamos más tarde que estábamos equivocados; dos meses después de la operación descubrió que representaban cuerpos sólidos, cuand ohasta ese momento los consideraba sólo planos multicolores, o superficies con una diversidad de pinturas; e incluso entonces quedó sorprendido, porque esperaba que los cuadros serían al tacto como las cosas que representaban y se admiró al verificar que las partes que por su luz y su sombra parecían redondas e irregulares, al tacto eran tan planas como el resto; y preguntó cuál era el sentido que engañaba, el tacto o la vista".

La pintura, al combinar luz y sombra, análogamente a lo que hace la naturaleza en los objetos visibles que nos presenta, procura imitar esos objetos; pero nunca ha sido capaz de igualar la perspectiva de la naturaleza, o de proporcionar a sus producciones la fuerza y claridad de relieve y proyección que la naturaleza confiere a las suyas. Cuando el joven empezaba a comprender la intensa y nítida perspectiva de la naturaleza, la tenue y débil perspectiva de la pintura no le impresionó nada, y el cuadro le pareció lo que en realidad era: una superficie plana salpicada con varios colores. Cuando se familiarizó más con la perspectiva de la naturaleza, la inferioridad de la de la pintura no le impidió descubrir su semejanza con la de la naturaleza. En la perspectiva de la naturaleza había observado que la posición y distancia de los objetos tangibles y representados se correspondían exactamente con la que los objetos visibles y representantes le sugería. Esperaba ver la misma cosa en la perspectiva similar aunque inferior de la pintura, y le desilusionó el comprobar que en este caso los objetos visibles y tangibles no manifestaban su correspondencia habitual.

"Un año después de ver —agrega el Sr. Cheselden— el joven caballero fue llevado a Epsom-downs, y al observar un vasto panorama disfrutó con él sobremanera, y lo llamó una nueva clase de visión". Es obvio ue en ese momento ya había comprendido perfectamente el lenguaje visual. Los objetos visibles que esa amplia perspectiva le presentaba no parecía ya que tocaran el ojo o que estuvieran cerca de él. Ya no parecían de la misma magnitud que aquellos objetos a los que se había acostumbrado poco después de su operación, en el pequeño cuarto donde se hallaba confinado. Esos nuevos objetos visibles a un mismo tiempo y como si fuera espontáneamente asumían tanto la distancia como la magnitud de los grandes objetos tangibles que representaban. Parece, pues, que había llegado a controlar completamente el lenguaje visual, y lo había hecho al cabo de un año, un períoodo mucho más breve que el que requeriría cualquier persona adulta para aprender totalmente un idioma extranjero. También parece que hizo grandes progresos incluso en los dos primeros meses. En ese primer período empezó a comprender hasta la tenue perspectiva de la pintura; y aunque al principio no podía distinguirla de la poderosa perspectiva de la naturaleza, no pudo haber sido así engañado por una imitación tan imperfecta si los grandes principios de la visión no hubiesen sido antes profundamente impresos en su mente, y si no hubiera estado, por asociación de ideas o algún otro principio ignoto, firmemente resuelto a esperar ciertos objetos tangibles como consecuencia de los visibles que se le habían presentado. Este rápido progreso puede ser quizá explicado por esa preparación para la representación, que ya ha sido destacada, entre los objetos visibles y tangibles. Cabe decir que en este lenguaje de la naturaleza las analogías son más perfectas; las etimologías, las declinaciones y las conjugaciones, por así decirlo, son más regulares que las de ningún lenguaje humano. Hay menos reglas y las que hay no admiten excepciones.

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Sobre esta cuestión hay que tener en cuenta también el debate en torno al "problema de Molyneux", una paradoja sobre la cual la postura de Adam Smith (y la de Berkeley, por otra parte) parece bastante clara. Ver la conferencia de Carmen Baños, "El problema de Molyneux", YouTube (fgbuenotv) 9 Feb. 2016.*
    https://youtu.be/_9mjxZT62c4
    2016


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lunes, 30 de mayo de 2016

CARTA: Origins of Genus Homo – Steven Churchill: Southern Africa and the...

Mis Top Ten en SSRN

  My papers on the SSRN Top Ten lists

He tenido bastantes artículos en las listas de los 10 más leídos en las distintas revistas y páginas temáticas de la SSSN. Esto es un pantallazo de mi lista de correo donde me comunican que un artículo mío ha llegado a una lista de Top Ten. Lo más bonito de esta lista es la variedad; no soy un especialista estricto sino más bien un interdisciplinar, y me publican artículos en un buen número de revistas y redes temáticas. De entre las principales subdivisiones de la SSRN—todas dentro de la macroárea de ciencias sociales y humanidades—aparezco en esta imagen en las redes de Antropología, Retórica y comunicación, Filosofía, Literatura, y Ciencia cognitiva.



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Una moda rojo sangre

"El comunismo está de moda", dice el memo pernicioso de Garzón. Pues aquí un documental sobre Stalin, para que se vaya enterando de la moda de temporada, cuando se llevaba el rojo intenso:




Corría el año: Stalin 29/09/08 por libertaddigitaltv


Hay unas cabeciñas que les parece horrible Hitler, pero que con Stalin, ni saben ni contestan, o no va con ellos.... y que con Castro y el Che y Chávez se mean de gusto. Y encima quieren gobernar, y le han vendido la moto a millones de percebes. Así está el nivel.


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Retropost #962 (30 de mayo de 2006): Interculturalism


Acaba de salir, publicado por Peter Lang (Berna) este libro: Interculturalism: Between Identity and Diversity,  una colección de peipas entre la fenomenología y la filología, editada por Beatriz (Penas Ibáñez) y Mª Carmen López Sáenz. ¡Enhorabuena! – que le llevan dando desde 2003, y antes incluso.  Y enhorabuena también a mí, que tengo un capitulillo en él. 

interculturalism 





































Contiene: 

Mª Carmen López Sáenz y Beatriz Penas Ibáñez, "Between Identity and Diversity: An Introduction to Intercultural Communication Studies"
Mª Carmen López Sáenz (Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid), "La parole as a Gesture of the Originating Differentiation"
Susan M. Purviance (University of Toledo, Ohio), "Personal identity and Multiplicity in Shaftesbury, Hume, and Reid"
Javier San Martín (Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid), "The Life-World: What Is Common and What Is Different"
Karina P. Trilles Calvo (Universidad de Castilla-La Mancha), "Dialoguing with the Other Some Notes from Maurice Merleau-Ponty"
Amin Asadollahi (Universität Stuttgart), "Truth and Identity: The Collapse of Diversity in Contemporary Reality"
Jesus M. Díaz Álvarez (Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid), "The Foundation of Morality and Normative-Cultural Differences: A Phenomenological Approach"
Kathrin Hönig (Universidades de Zürich y St. Gallen). "Intercultural Diversity and Translation: Remarks on Incommensurability and Tolerance from a Semantic Perspective"
Jef Verschueren (Universidad de Amberes), "Identity as a Denial of Diversity"
Elvira Burgos (Universidad de Zaragoza), "Vulnerable Identity and Agency: Judith Butler"
Ángeles de la Concha (Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid), "The body as Discursive Locus of Female Identity"
José Ángel García Landa (Universidad de Zaragoza), "Rereading(,) Narrative(,) Identity(,) and Interaction"
Beatriz Penas Ibáñez (Universidad de Zaragoza), "The Signifiers of Self: A Sociopragmatic Account of Linguistic Diversity and the Discursive Construction of Identities."


Igual un día, con el tiempo y una caña, voy traduciendo al español mi capítulo, empezando por el título, "Relectura, Narración, Identidad, Interacción".




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Fatales y Perversas

Fatales y Perversas

Retropost #961 (30 de mayo de 2006): Seccionando el departamento



Hoy hemos tenido un maratoniano Consejo de Departamento regido por la confusión, el hastío, la repetición y el enfascamiento en normas administrativas mal entendidas o mal aplicadas. . . una pesadilla sartreana, verse huis clos con tanta gente hablando fuera de turno de palabra, examinando innumerables actas llenas de procedimientos administrativos erróneos o contradictorios, cada cual ciego con su tema particular, y todo el proceso bajo el manto de la Confusión. . . buf.

Nuestro Director ha presentado un informe de gestión que, sometido a votación secreta, ha sido aprobado por un estrecho margen (muchos votos en contra, que junto con varios votos en blanco sumaban más que los votos positivos). He solicitado yo la votación secreta, como vengo haciendo con cierta frecuencia para asuntos departamentales. A veces los resultados que se obtienen con votación secreta sorprenden por sus espectaculares diferencias con respecto a los que hubieran sido de esperar si cada persona hubiera tenido que expresar su opinión abiertamente. Así va la Administración.

La decisión más importante que se ha tomado ha sido la de establecer secciones departamentales. La ceremonia de la confusión hasta que se ha llegado a la votación, y el resultado también es curioso. El reglamento de la Universidad prevé que se establezcan secciones atendiendo a tres razones: 1) la ubicación geográfica de los centros (son las secciones que había hasta ahora, en Huesca y Teruel, pero han quedado suprimidas), o bien por áreas de conocimiento, o bien por organización de la docencia.
Pues áreas de conocimiento tenemos dos, Filología Inglesa y Filología Alemana, pero se ha denegado a los de Filología Alemana la posibilidad de constituirse en sección aparte. También, como digo, se han suprimido los criterios geográficos (luego veremos qué consecuencias tiene esto para repartir la docencia, que Aragón es grande. . .)

Yo proponía, aparte de conservar las secciones geográficas por su pertinencia evidente, establecer estas secciones:

- Filología alemana
- Filología inglesa en la Facultad de Filosofía y Letras
- Inglés para Educación (Facultad de Educación)
-  Inglés para fines específicos (resto de los centros, cerca de 20). 

Y en cambio se ha introducido el criterio de las "subáreas": Lengua y Lingüística inglesa por un lado, Literatura y Cultura por otro. . . y un tercer grupo, Lengua para fines específicos, donde han ido a parar los de alemán y centros dispersos. O sea que se ha institucionalizado la división "extraoficial" que se venía aplicando para algunas cosas en el Departamento. . . para algunas cosas, pero no precisamente para la organización de la docencia, porque esa la hacen las dos supuestas "subáreas" conjuntamente. En fin, que no sé qué uso se pretenderá hacer de esta división que ni parece operativa ni justificada por la normativa.

Pero es lo que ha decidido la mayoría, con oscuro criterio. . . así que a misa. Sí responde a una voluntad bastante arraigada en nuestra la profesión de identificarse como "lingüistas" o "literatos", pero en ningún caso como "filólogos". Establecer una división interna en Filología Inglesa es prioritario con respecto a cualquier otra consideración. A mí que no me pregunten por qué. . . pero al ser una división imaginaria a nivel de la reglamentación oficial, tiene la gran ventaja de que puede aplicarse (ateniéndose a nuestras normas) o ignorarse (ateniéndose a normas administrativas de categoría superior) según convenga en cada caso. Se ha venido usando desde hace tiempo como un demonio de Maxwell que permite orientar la circulación de partículas departamentales en las direcciones deseadas por los estrategas. Por lo menos ahora lo tenemos sobre el papel para verle la cara: hasta ahora funcionaba de modo totalmente extraoficial.

Durante la reunión del Consejo he intervenido en distintas ocasiones, pero dos merecen mención: 
- Una. Se tenían que presentar alegaciones a las nuevas titulaciones propuestas por el Ministerio, entre ellas, a la titulación que se nos impone para suprimir nuestra titulación propia de Filología Inglesa, la llamada "Lenguas y Literaturas Modernas". Existe un consenso nacional, al cual se ha sumado nuestro departamento, para rechazar esta titulación como sustituta de nuestra titulación propia de inglés. Pues bien, esto no se iba ni siquiera a mencionar si atendemos a las alegaciones que presentaba nuestra Comisión de Planes de Estudio; alegaban que no nos pedían opinión sobre eso. . . ¡pues claro! - les he dicho. Ese es precisamente el asunto, que jamás se nos va a pedir opinión al respecto. Se va a suprimir nuestra titulación con nuestro visto bueno implícito, al no existir ningún acto administrativo donde el Departamento pueda expresar su disconformidad. Y tras muchas resistencias he conseguido que el Departamento acceda a expresar en este momento, a la hora de opinar sobre las nuevas carreras propuestas, su oposición a que se suprima nuestra titulación específica de Filología Inglesa sin sustituirla por otra nueva igualmente específica. Esto es surrealista, pero es así: a la hora de opinar sobre la nueva carrera, el Departamento ni siquiera iba a mencionar el "pequeño detalle" de que no queremos que se suprima la carrera de inglés que imparte y que le es propia por su área de conocimiento. Esta ceguera de los funcionarios haciendo sus funciones delante del árbol y perdiendo de vista el bosque no es local, sino sistemática. De hecho, a nivel nacional la profesión no ha cerrado filas en torno a la defensa de su licenciatura de Filología Inglesa, lejos de ello. . . sino que, aceptando la mayor, que la Filología Inglesa era una antigualla a suprimir, proponían la creación de una nueva carrera de "Estudios Ingleses". Bueno, algo es algo. De hecho, la mayoría no se consideran filólogos. Pero partiendo de ese nivel de autoconciencia, así nos está yendo.

También solicité, y se aceptó, que en las alegaciones a las propuestas de títulos, donde diga "formación en una segunda lengua no nacional de interés científico" o cosa semejante, digamos (ya que somos el área de inglés), formación en inglés (u otra lengua de interés científico). Si hasta Zapatero habla de que va a subvencionar el aprendizaje de inglés hoy en el Debate sobre el Estado de la Nación. Claro que más le valdría a Zapatero decirle a sus ministras que no lo supriman como carrera universitaria, visto que es él quien establece el mapa de las titulaciones de Filología.
- Dos. Con ocasión de la implantación del nuevo máster para el año que viene, he querido recordar al Departamento que el año pasado (y el anterior) se inhibió de afrontar coherentemente la organización de su nuevo plan de estudios.  Sin tratar nunca el tema oficialmente y donde correspondía, en el Consejo o en la Comisión de Planes de Estudio (que no se reunió en años, prudentemente desconvocada), se dejó en manos de grupos de profesores y de intereses específicos el diseño de propuestas de Máster. Y de esa dejadez interesada ha salido el resultado que tenemos ahora: que cuando nuestro primer ciclo de Filología Inglesa ya no será probablemente una titulación propia, el segundo ciclo se ha convertido en un máster de literatura y cultura inglesa, un máster que responde a los intereses de algunos profesores influyentes, pero que no es el tipo de máster que necesita ni Aragón, ni la Universidad, ni este Departamento para formar coherentemente a los estudiantes. Ahora bien, si se deja que actúen las fuerzas vivas, sin debate público, y a la hora de votar va todo el mundo a piñón fijo. . . pues es lo que acaba pasando. Supongo que la muchos estarán encantados, claro, esto es cuestión de opiniones; lo triste es que la mayoría ni sabe ni contesta, ni opina, por si acaso, y el debate sobre estos pequeños detalles de qué tipo de carrera de inglés queremos enseñar, etc., brilla por su ausencia en el Departamento. Salvo en petit comité, si es que el petit comité se lo plantea en esos términos. 

En fin, con esto de los másteres a la americana en el contexto español, lo que estoy viendo es que está desapareciendo o fosilizándose lo mejor del ámbito administrativo público donde se supone que se debía decidir sobre la organización de los estudios (el Consejo de Departamento, la Junta de Facultad) y que se ha cedido este ámbito de diálogo de los especialistas sobre una base de igualdad, para reforzar la influencia de las cátedras y sus satélites, corrillos y círculos de contactos y relaciones endogámicas y personales, a las camarillas que deciden quién está "in" y quién está "out", por su mejor o peor inserción en el equipo, espíritu de colaboración o armonía con los objetivos del grupo. Y las cosas, a discutirlas en grupos de enteradillos, o de boca de druida a oido de druida. De momento, muchos estarán así más contentos, no me cabe duda. Pero no sé si esto entraba en los cálculos de los reformistas, si éstos prevén que sea una fase transitoria o si ha de regirse así quedarse así la universidad de calidad esa del futuro que nos anuncian, en plan survival of the fittest interpretado en clave del corralillo nacional. 

Otra noticia que me llega por el correo, también síntoma de los tiempos supongo:

El Rector de la Universidad de Zaragoza  ( . . . ) cambiará cigarrillos por chupa-chups y piruletas de chocolate MAÑANA miércoles a las 10,00 horas en el Campus de la Plaza San Francisco. 

Es pintoresco, es americano, es el futuro. Lástima que aquí nos pilla esto sin radical innocence.




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domingo, 29 de mayo de 2016

Visual saccades

Sin Complejos de hoy




Sobre los podemitas zaragozanos, minuto 1.05.00

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Retropost #960 (29 de mayo de 2006): X-Men: The Last Stand




Nos vamos con Alvarete a ver esta película, que es la tercera y la que más le gusta de la serie. A mí no, realmente; me parece mucho más eficaz la dirección de las primeras; aquí se aprecian fallos de ritmo, de continuidad y de coreografía en la acción múltiple de las batallas, por destacar los más evidentes. Pueden verse aquí además varias reseñas de fans descontentos por la manera en que se trata a los personajes; aunque una cosa es segura: no hay manera de dejar contento a la vez al público friki y al que ignora la relación con los cómics; en ese sentido esta película, como toda la serie, es más bien un éxito rotundo que otra cosa. Y, por supuesto, los efectos son magníficos, y hay escenas admirablemente logradas; en conjunto, para ser justos, pocas terceras partes fueron tan buenas.

Yo era fan de la "Patrulla X" ya en lo años 70; de hecho ya los conocía en su versión americana a través de comics que me pasaban los americanos de la base de Zaragoza, y me puse morado de dibujarlos, hasta me hacía mis propios cómics con los personajes, también con historias de Magneto intrigando y de rebeliones y guerras de mutantes secesionistas… el argumento estándar de los X-Men, a saber, el debate entre la integración y la confrontación entre las minorías estigmatizadas y el conjunto de la comunidad social.

Las historias de mutantes expresaban en los años 60, de forma desplazada simbólicamente, las luchas por los derechos civiles de la comunidad negra, y las dificultades de la integración. No es casual que vuelvan a convertirse en un símbolo poderoso hoy en día, con el debate abierto en frentes tales como el multiculturalismo, el terrorismo, la disidencia social y sexual, o las tecnologías del cuerpo (clonación, manipulacion genética, transplantes, etc.).

En un guión que tiene algunos pequeños fallos de tratamiento (quizá por querer atender a demasiados frentes y personajes) es sin embargo un acierto global el plantear como problema central de esta película, de la manera más directa, el debate sobre la integración como supresión de las diferencias ("la cura" que haría perder a los mutantes sus poderes y diferencia específica, y que lleva aquí al debate primero, a "la decisión" como dicen en la traducción española, la decisión de cada cual de someterse a "la cura" o no, y en última instancia, lleva a que prenda la confrontación pública y abierta, liderada por Magneto, el Bin Laden de los mutantes.

Me centraré en el asunto este de "la cura". Los mutantes son negros, homosexuales, sidosos, superdotados, deformes estigmatizados. También son agentes secretos, discapacitados (acordaos de Acción Mutante), musulmanes, adolescentes sociópatas, terroristas, miembros de una secta peligrosa, tribus urbanas. Son todo menos mutantes (que haberlos no los hay). Son un símbolo ambivalente, multidireccional, de la disidencia, el estigma y la exclusión social. El mismo cóctel que reúne categorías tan diversas es una manera (postmodernista, podríamos decir) de a la vez iluminarlas por interpretación mutua, y de recargarlas de abyección. Naturalmente, las dos alternativas se presentan superpuestas, y asociadas, la primera al punto de vista favorecido por la narración, el de los mutantes "buenos" partidarios de la colaboración con los demás humanos; el punto de vista abyecto, asociado a los mutantes de Magneto, partidarios no sólo de la secesión de comunidades, sino de la agresión abierta.

Está claro que para cada una de estas posibles lecturas simbólicas, y para cada uno de los personajes y grupos de la película, "la cura" representa algo diferente. Es un acierto de la película la manera en que se trata este tema. Hay muchos mutantes anónimos que eligen "la cura"; entre el grupo de los protagonistas, es la opción de Pícara, que se veía sexualmente impedida por sus "poderes". En este caso, la cura es una cura. Pero para el mutante que es como el miembro de una comunidad negra, "la cura" es un insulto, es como Michael Jackson volviéndose blanco. Para el mutante queer, la cura supone la amenaza de la uniformidad de la sociedad liberal-capitalista, que, a pesar de presentarse como abierta a todas las opciones, trabaja efectivamente por privilegiar unas y marginar otras. Los mutantes como superdotados sufren la tentación de la vulgaridad, de renunciar a su diferencia que les provoca aislamiento y sufrimiento a cambio de una superioridad de dudosa utilidad para la interacción social, pero "la cura" es aquí un empobrecimiento del potencial global de la humanidad. El terrorista ve en la cura la mayor amenaza, la que lleva a su integración sin problemas al orden establecido, y reduce al absurdo su proyecto de transformación por la fuerza; así, responderá a ella con la violencia.

Es sintomático que la película no favorece en absoluto "la cura" como una opción: los mutantes de Xavier son, y serán, una comunidad aparte, aunque en buenas relaciones con el Gobierno. Estados Unidos, en una lectura política del film, no quiere presentarse como un "melting pot" que reduce las diferencias étnicas, ideológicas, culturales, etc. a un proyecto cultural uniforme, sino más bien como un espacio público de comunicación en el que, respetando las reglas públicas del juego, cada individuo y cada comunidad puede mantener su especificidad sin humillaciones ni privilegios. Es el mismo proyecto que plantea la película para el orden mundial, como puede verse con el simbólico nombramiento de La Bestia como embajador ante las Naciones Unidas.angel

























Ahora bien, no se tolerará a mutantes con potencial de destrucción masivo y que no negocien su integración al orden general. Fénix ha de morir. Cuidado, Irán. (Hoy dice el New York Times que Estados Unidos está buscando cabezas de plástico no nucleares para sus misiles balísticos lanzados desde submarinos).

Pero tened cuidado también con Fénix. Como el retorno de lo reprimido, el fénix siempre vuelve a renacer en Oriente Medio.





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Retropost #956 (29 de mayo de 2006): ¡Halá, Penas!


- Papá, ¿sabes que nadie, pero absolutamente nadie en el colegio lleva zapatos?
- Vaya... qué raro. Bueno, pero tú vas cómodo con zapatos, ¿no?
- Sí, pero me dicen, ¿a dónde vas con zapatos? Hasta Juan me lo dice. Y sabes, Juan, no habla más que de videojuegos ahora. Sale al recreo, y se pone a hablar de videojuegos, de uno que juega él, que se llama Patrician, todo el rato. Y los demás hacen un corro alrededor, y se ponen a hablar todos de videojuegos. Menos yo, y todos están mirándose en un círculo, y hablando de Patrician, hasta que de repente - psch - uno se vuelve hacia atrás, y me ve, y dice... "Penas, ¿de verdad que no tienes ningún videojuego?" o "Penas, ¿de verdad que no tienes Windows"? Y entonces todos se vuelven y me miran de repente, y me señalan, y dicen, "Halá Penas, desde luego....!" y se vuelven a poner en círculo, y murmuran entre ellos, y me miran de reojo...
- ¿Y arquean la espalda?
- Sí, exactamente, también arquean la espalda.



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sábado, 28 de mayo de 2016

The Who : Tommy - Concert (Live U.S. Tour / 1989)

David Lodge Dialogue in the Modern Novel

Framing and the Foregrounding of Fictionality



—from Academia:
framedoor
Hi,
I am an Italian PhD student and I have a doubt that you might kindly help me to dispel. Do framed narratives always foreground fictionality regardless of their nature ? A mise en abyme does point to fictionality. How about other types of frames?

All the best
Gabriella

Hi, Gabriella;
I would argue that multiple or obvious framing is a device which may powerfully foreground fictionality. It need not do so in any case — for instance, the narrative interest in the plot of a detective novel may drive the reading experience so that attention is diverted elsewhere, and immersion achieved, even if many framing devices are present —  but it is not by chance that detective novels tend to use rather straightforward and simple framing. Framing in itself, and especially obvious or multiple framing, emphasizes the multiple semiotic nature of representations, and the multimodal nature of the semiosphere we live in, and so it is, as I said, a powerful tool in foregrounding fictionality, or (more generally) the constructed nature of representations. So it will tend to be used in that sense in experimental or postmodern narrative which is aware of, or wants to emphasize, the semiotic nature of the social world, or the metafictional construction of the work itself. This may happen, as you say, in the case of mise en abyme, and it may happen also through other types of framing or structural insertion: a dream inside a narrative, multiple levels of narrating and narrative worlds, frame-breaking ("metalepsis")... or ekphrasis —description of pictorial worlds which open a new frame of reality, etc.
Best regards,
Jose Angel




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Pasodoble en el Coso

Pasodoble en el Coso

Rocio Monasterio de VOX frente a Puigdemont: Sin Ley No Hay Democracia





Hasta que Puigdemont se ponga las esposas que le regalaron, haremos BOICOT A PRODUCTOS CATALANES.

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El derecho a ofenderse (The Right to Take and Give Offence)


Se trata de un análisis conceptual de la tolerancia y de la intolerancia, del derecho a ofender y a recibir ofensas, en el seno de una sociedad abierta y multicultural, al hilo de un comentario de David Lane sobre el teatro controvertido y la corrección política en Contemporary British Drama (2010).



nackt























 English abstract:

The Right to Take and Give Offence

A conceptual analysis of toleration and intolerance, of the right to give and receive offence, within an open and multicultural society. This is done by way of a response to David Lane's comment on controversial drama and political correctness in Contemporary British Drama (2010).


Note: Downloadable document is in Spanish.
 
Number of Pages in PDF File: 7
Keywords: Offence, Toleration, Intolerance, Blasphemy, Multiculturalism, Open society, Freedom of speech, Democracy





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_____. "El derecho a ofenderse." Academia 28 May 2016.
    https://www.academia.edu/25674364/

_____. "El derecho a ofenderse." ResearchGate 28 May 2016.
    https://www.researchgate.net/publication/303589792







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Retropost #955 (28 de mayo de 2006): Muertes paralelas / No se fusila en domingo



Me acabo de comprar Muertes paralelas, libro en el que Fernando Sánchez Dragó reconstruye la muerte de su padre Fernando (Sánchez) Monreal, asesinado por los falangistas en el verano de 1936, y vuelve sobre la manera en que ese hecho ha marcado su vida irremediablemente.

Me lo he comprado porque mi abuelo, Ángel García Benedito, maestro nacional y hombre bueno, fue también asesinado por los falangistas ese mismo verano de 36, dos meses antes, a pocos días del infame 18 de julio. Promete ser una lectura interesante. Todas las familias españolas están marcadas por la Guerra Civil, así que no creo que haya una afinidad tan espectacular en este caso, ni en el paralelismo de su padre con José Antonio Primo de Rivera que da título al libro de Sánchez Dragó. Pero sí hay claro, elementos en común. También cosas que matizar.

Se pregunta Sánchez Dragó por los asesinos de su padre:

¿De qué Falange estamos hablando? ¿En qué medida eran falangistas auténticos, camisas viejas, los energúmenos y recién llegados que impusieron por doquier, en toda la extensión de la zona nacional, durante los dos primeros meses de la guerra, su inicua ley del gatillo? ¿A qué tipo, a qué facción, a qué clase de Falange, en suma, pertenecían los asesinos de Fernando Monreal y Luis Carreño?

    Responde Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza y autor de varios libros sobre la guerra civil (Entre ellos, escrito a medias con Santos Juliá, Víctimas de la Guerra Civil, Madrid, 1999), en una entrevista de enero de 2003 recogida por Montse Armengou y Ricard Belis en su obra, ya citada por mí, Las fosas del silencio. Éste es su testimonio:

     "Cuando se produce la sublevación militar en julio del 36, Falange es un grupo minoritario que, a diferencia de otros partidos fascistas europeos, como el italiano y el alemán, no ha creado una organización de masas ni ha tenido éxito en la movilización política dentro del sistema democrático. A partir de julio del 36, Falange es un partido que crece en tromba, porque mucha gente —católicos, ex-votantes de la CEDA, etc.— se sienten protegidos por este partido que crea una imagen de violencia y exterminio de los rojos. Hay una parte de imagen y otra que es real. Sin ninguna duda, Falange es un partido de promoción de la violencia, que la pone en práctica durante el llamado terror caliente del verano del treinta y seis. Actúan de verdugos de muchas de las víctimas que estamos analizando en los últimos años. El ejército tiene que intervenir algunas veces, porque los falangistas se están extralimitando en sus funciones." (Ob. cit., pp. 53 y 54).

    Y añaden de su cosecha los autores del libro citado: 

"Falange Española era un grupúsculo político que en las elecciones de febrero de 1936 recibió tan sólo cuarenta y cinco mil votos y no obtuvo ningún diputado. Su estética uniformada, el culto a José Antonio Primo de Rivera y la utilización que Franco hizo de ella inflaron la presencia y la influencia de la formación. No es de extrañar que algunos investigadores opinen que aquel partido de estilo fascista y paramilitar se creó a medida para el golpe del 18 de julio. Ello resulta verosímil si pensamos en el papel que los camaradas de Falange desempeñaron en detenciones, torturas, violaciones, paseos, mareos, limpias y toda la terminología inventada para designar una sola cosa: asesinatos en los cuales se disputaban el protagonismo con los militares y la Guardia Civil. Joan M. Thomas, historiador que ha investigado a fondo la Falange, cree que una mayoría del partido participó con entusiasmo y por iniciativa propia en la represión, sobre todo en los primeros tiempos de la guerra." (Ob. cit. pp. 54 y 55). 
 
(Sánchez Dragó, Muertes paralelas 222-24)

Sobre la descripción de Casanova, aclararé que no la cito, (ni yo ni Sánchez Dragó, supongo) con ánimo de negar que grupos criminales/terroristas del bando contrario hayan cometido actos comparables— probablemente incluso más numerosos antes de la guerra, y menos reprimidos ésos por las autoridades del Frente Popular. Sí matizaría, estando de acuerdo con esta descripción en términos generales, que el calificativo de "verdugo" (aplicado hoy con frecuencia también a los terroristas etarras o islamistas) está invariablemente mal empleado. Un verdugo ejecuta a un reo por mandato legal tras un proceso judicial; estos falangistas eran grupos terroristas no amparados por ninguna legalidad que ni yo, ni Casanova, ni Sánchez Dragó supongo, reconozcamos. De ahí que el término esté mal utilizado para describir a esas pandillas falangistas: eran asesinos, no verdugos. Un verdugo es lo que hubieran merecido ellos, en un mundo mejor ordenado. 

Continúa inmediatamente Sánchez Dragó, comentando la exposición de Las fosas del silencio:

Bien. . . o mal. O las dos cosas. Separemos el trigo de los datos de la paja de las opiniones. Todo lo que dice Julián Casanova es cierto, o lo parece, aunque no sobraría recalcar que la promoción de la violencia llevada a cabo por la Falange fue posterior al Alzamiento [tch tch, ese lenguaje . . . ] y no —en contra de lo que la propaganda izquierdista, [sic la coma] ha conseguido infundir en muchas molleras de ésas, tan abundantes, a las que nada importa deglutir ruedas de molino- anterior a él. Al Alzamiento, decía. . . [re-sick] (Sánchez Dragó, 224).

Supongo que cada uno cuenta la guerra según le va. Pero debería informarse más Sánchez Dragó antes de pontificar así sobre la inocencia original de la Falange. A mí desde luego me deja un tanto escéptico . . . 

Tampoco es de recibo, sino que antes bien suscita indignación, la mía al menos, lo que Armengou y Belis hacen al dar por buena —no es de extrañar, dicen— la delirante opinión, sostenida, al parecer, por algunos investigadores, cuyos nombres no citan (aunque con esta observación no esté poniendo yo en duda su existencia, seguro que los hay, y a chorro) de que la Falange se creó,  vivir para oír, ¡a medida para el golpe del 18 de julio! Ni que decir tiene que los signos de indignación, que no, en modo alguno, de admiración, son míos. (Sánchez Dragó, 224)

Aquí critica Sánchez Dragó el hindsight bias que supone el ver en la fundación de la Falange una prefiguración de la Guerra Civil. Y pasa a culpar al vandalismo del Frente Popular el crecimiento del desorden que llevó a la espiral de violencia. Bien, desde luego la fecha del 18 de julio no aparece en el acta fundacional de la Falange. Pero, habida cuenta de los precedentes fascista y nazi, ¿alguien puede dudar que estaba entre los sueños, delirantes quizá entonces, de la Falange, el hacerse con el poder al estilo camisa parda, negra, o azul, y arramblando con el régimen, comunista o demócrata, que hubiese en su momento? ¿Se iban a suprimir los partidos, y "el capitalismo", y se iba llevar a cabo el programa joseantoniano, sin usar la violencia? Vamos, hombre. . .  menos indignación, y más clarividencia, que estás escribiendo memoria histórica, no desmemoria. Los demócratas escaseaban en el 36, tanto en la derecha como en la izquierda; ambas estaban más que dispuestas a hacerse con el poder por la fuerza, y a llevar a cabo lo que ambas denominaban una Revolución—que ya se sabe que no son pacíficas. Y quienes sí eran demócratas en teoría, y debían haber sabido mantener la ley y gobernar con justicia, tampoco lo supieron hacer, y se dejaron llevar por sectarismos y favoritismos. E indultaron a golpistas de toda especie.

Pero lo de Sánchez Dragó es un caso de trauma político profundo—para acabar en este libro declarando su admiración a la Falange actual y a la de José Antonio, a las que por una extraña maniobra mental no asocia apenas con la Falange que realmente existía en 1936. Sobre las raíces de esta pirueta conceptual, y de la simbología traumatizada que subyace a ella, puede verse mi comentario en el artículo "Paralelismos traumáticos".
Pero quieras que no, tiene que reconocer Sánchez Dragó algunas dur’simas verdades . . .  que de eso va su libro, se supone:

Pero es, efectivamente, y por desgracia, exacto lo que los dos autores en cuestión dicen acerca del triste y bárbaro papel que motu propio [proprio, más propriamente] desempeñó la Falange, o quienes por falangistas se despachaban [¿¿?? —ah. ¿igual eran rojos, o esperantistas?], en los primeros meses del conflicto.
    Será, concluyen Armengou y Belis, "posteriormente cuando comiencen las discrepancias al ver algunos falangistas que el objetivo de Franco de exterminar al enemigo se perpetúa: algunos camisas azules creen que esa aniquilación puede ser contraproducente para el partido y para su proyecto de España, más integrador [tras la desintegración del enemigo y del chivo expiatorio, será]; el propio Manuel Hedilla, jefe de la Junta Provisional de Falange, dirige a sus subordinados una circular en la que les advierte:
’Insisto con el máximo interés en que las operaciones de represión se controlen con todo celo, no cumpliendo otras órdenes que las dictadas por las autoridades competentes [tiene chiste esto de las ’autoridades competentes’]. Es menester evitar que sobre la Falange se eche una fama sangrienta que pueda perjudicarnos en el porvenir. No se castigará a nadie sin averiguación de sus antecedentes y sin orden de la autoridad competente’." (Ob. cit., p. 55)
Lo malo —lo malo, se sobrentiende, para mi padre y, en consecuencia, también para mí —es que la circular de Hedilla no se cursó hasta el 29 de septiembre. ¡Demasiado tarde, una vez más, para que de ella se beneficiaran Monreal y Carreño! [¿y más gente, se sobreentiende? Aunque los criterios de Hedilla para el asesinato organizado administrativamente eran también muy inclusivos]. Pero, en todo caso, y por eso cito lo que cito, siguen cuadrando al dedillo las cuentas relativas a lo cerca —horas, días, dije— que anduvo mi padre de salvar el pellejo.  Ya sé que los quejíos de plañidera emitidos a pitón pasado no sirven para nada, ni, menos aún, resucitan al difunto, pero una y otra vez, tenaz, machacona, estalla y tabletea, dentro de mí esa pueril exclamación, más propia de espectadores de partidos de fútbol o de jugadores de lotería que de adultos dotados de sentido común y criterio, que reza:
—¡Huy! ¡Por un pelo!
O por un palo: el de la portería.

En el caso de mi abuelo, ni pelo ni cabellera. Fue el primer asesinato de la comarca. Quizá hubiera podido escapar a Francia, como mi otro abuelo, con la cuadrilla de requetefachas pisándole los talones. . .  Pero claro, no tenía ninguna razón para escapar de nadie—de nadie racional. Y mucho confía Sánchez Dragó en el "orden" que puso Hedilla (ná menos . . . ). No debería. Los fusilados por orden de la Autoridad golpista están igual de fusilados.

Y es que, por infantil que parezca mi reacción, eso es exactamente lo que me sugiere el cúmulo de datos y opiniones, procedentes de los dos bandos en liza, con los que sin proponérmelo, y en desorden, al hilo de la concepción y la elaboración de este libro, me he ido topando hasta llegar a la convicción —la tengo— de que en la zona nacional, como mínimo y quizá tambien en la otra, pero de eso hoy por hoy no estoy seguro (más bien me inclino por lo contrario), la represión ciega, indiscriminada, injustificada, indocumentada, de quienes no eran combatientes sino pueblo a secas, y vestían de paisano, se detuvo muy pronto, en la segunda mitad del mes de septiembre, debido a la confluencia de tres vectores: la llegada a las cárceles de los efectivos de la Cruz Roja, el férreo control establecido a partir de un determinado momento por las fuerzas armadas y la toma de conciencia de los mandos de la Falange genuina [¿¿los buenos?? ¿¿ya había dos Falanges??] respecto a las atrocidades que como perros rabiosos sin correa, vacuna ni bozal estaban perpetrando sus supuestos conmilitones. [El supuestos juro que es de Sánchez Dragó; el Times 18 es mío).

Wikipedia: En 1944 fuentes del Ministerio de Justicia aseguraron que unos 190.000 prisioneros murieron o fueron ejecutados en prisión. Como se ve, hay opiniones para todo. . . La represión y exterminio, ya no desorganizados, sino sistemáticos, continuaron durante años. A mí el convencimiento aparente de Sánchez Dragó de que tras unos meses sólo hubo muertos en combate, o la cortina de humo que se echa ante los ojos con las ejecuciones legales del franquismo, no sé, me parecen un tanto pasmosos. 

"¿Conmilitones? Bueno, bueno . . .  Dejémoslo, con grima y rima fácil, en matones, en killers,  en sicarios a sueldo, que en muchos casos, aunque no, desde luego, en todos, ni siquiera podían esgrimir en su descargo el nauseabundo atenuante de que obedecían órdenes o la coartada ideológica, aún más repulsiva, de que actuaban así para extirpar la mala hierba del país, orear la atmósfera y salvar la patria. Lo digo con la autoridad que para ello me confiere otro dato, otra certeza casualmente aportada por el zigzagueo de las lecturas, conversaciones e investigaciones que preceden o corren paralelas al alumbramiento de este libro. Me refiero a la horripilante hoja de pagos reproducida por Armengou y Belis en su tantas veces por mí citada obra y relativa a la contabilidad llevada a cabo por la delegación de Falange Española en el pueblo sevillano de Los Corrales durante varias semanas del año de 1936 (Ob. cit., p. 264). En ella, taxativa y contundentemente, con modos, modales, pelos y señales que no dejan mucho espacio para la duda, se incluyen "listados con nombres de personas que reciben dinero de la tesorería local de la Falange. Llama la atención que algunas personas percibieran en distintas épocas unas cantidades que eran considerables en la éoca, pero aún sorprende más que la cifra de treinta y cinco pesetas, que se repite con frecuencia, fuera el precio que se consideraba que correspondía cobrar por asesinar a alguien. Si tenemos en cuenta que en Los Corrales murieron asesinadas setenta y ocho personas y que los nombres de quienes cobran son los que distintos testimonios apuntan como los de quienes se ocupaban de llevar a los detenidos al cementerio —donde los ejecutaban después de haberles hecho cavar su propia fosa— el documento resulta revelador en lo tocante a la responsabilidad de elementos de la Falange en aquellos crímenes". (Ob. cit., p. 56)
     ¡Siete duros! Un pastón. Se entiende que hubiese tantos animales dispuestos a convertirse en asesinos. Todo necio confunde valor y precio.
     ¡’No, no! ¡qué digo! ¿Siete duros? Muchos más, porque ése era el precio per cápita, y podían ser bastantes las cabezas de ganado —como a tales, de hecho, las consideraban y trataban— que en cada limpia, en cada operación de higiene ideológica, eran conducidas al matadero.
     Me pregunto si cobraron los asesinos de mi padre esa u otra cantidad y lo que, caso de ser así, hicieron con ella. . . ¿Irse de putas? Seguro que no. Iban, entonces, muy baratas, y para eso, además ya dispon’an, y por añadidura gratis, de sus respectivas madres.
     Aunque fuesen unas santas.
     "Pablo Uriel tenía veintidós años y la carrera de médico recién acabada cuando, aquel aciago julio de 1936, se desencadenó la guerra. . . "
     Pertenecen estas líneas al prólogo añadido por Ian Gibson a la excelente obra de narrativa autobiográfica No se fusila en domingo (Pre-Textos, Valencia, 2005), en la que el médico citado —que era, por cierto, de Soria, como yo llegué a serlo, ya talludo, por vía de generosa decisión municipal— evoca las vicisitudes de su existencia, y algunas de las de España durante el mismo período, en los años de la guerra civil. Viene a cuento, me parece, reproducir ahora algunos párrafos de su libro: (Sánchez Dragó, 226-28)

Con este testimonio de Pablo Uriel narra Sánchez Dragó, por vía interpuesta, el asesinato de su padre, mejor que en propia voz. Es sorprendente en el texto que sigue, valiente y estremecedor, y a la vez consciente de la importancia del lenguaje, cómo continúa, sin embargo utilizando el vocabulario de los terroristas para describir sus crímenes, a la vez que denuncia esa infección del lenguaje ("verdugos", "paseos", "ejecuciones"). Y con esos párrafos de No se fusila en domingo termino yo este post tan largo y tan hablado por vía interpuesta. Son éstos:

    "El papel de verdugos y ejecutores se asignó en Zaragoza a los falangistas y a la Guardia Civil. En la ciudad existían pocos falangistas antes del 18 de julio, pero sus filas fueron engrosadas rápidamente por miembros de otras organizaciones de derechas. Se podía seguir muy bien el proceso mental que les conducía a la pendiente de las ejecuciones. En la práctica, todo falangista intervino alguna vez en esos asesinatos, considerados por sus jefes como actos de servicio a la patria. Si el acto daba lugar a una conmoción psíquica de rechazo o repulsión, el hombre se enrolaba en seguida en alguna unidad combatiente y marchaba al frente, ansiando una lucha más noble. Aquellos que descubrían en disparar sobre un hombre indefenso una fuente de placer quedaban adscritos de modo permanente a las escuadras de verdugos. [Verdugos a sueldo de un régimen fascista, asesino y traidor, repito: no verdugos sin más]. Poco a poco, por un mecanismo de selección, fueron quedando en la retaguardia agrupaciones de jóvenes sádicos a los que se dio amplios poderes para la limpieza. Ellos usaron y abusaron de estos poderes, entre la complacencia hipócrita de las personas de orden, que no mancharon sus manos de sangre pero señalaron a las víctimas, desentendiéndose luego de la suerte que pudieran correr.
    "En sus cuartelillos, estos jóvenes degenerados elaboraban la lista de sus víctimas cada noche; a estas listas se añadían otras, facilitadas por la policía o el ejército. Al anochecer iniciaban sus correrías, recogiendo de las cárceles o de sus domicilios a las piezas sobre las que iban a disparar. Al volante de sus camiones o de grandes turismos Buick o Chrysler de los años treinta, disfrutaban en sus cortos viajes del contacto estremecedor con sus víctimas, en un placer anticipado del agudo y supremo goce de disparar sobre aquellos hombres, mujeres o niños que morían de una manera tan fácil.
    "Al principio quedaban los cuerpos allí, en las canteras o en las cunetas de las carreteras, a la vista de todos. Luego intervino ya la máquina administrativa y esos cuerpos eran recogidos y enterrados en los cementerios próximos o llevados a la fosa común del de Zaragoza.
     "Otros pasaron antes por la sala de anatomía de la Facultad de Medicina de Zaragoza, donde sus datos fueron registrados, y de allí salieron en su último viaje al cementerio o la incineración Los que dejaban su nombre en el registro necrológico de la facultad tenían siempre el mismo diagnóstico: traumatismo craneal.
     "Todos los vencedores colaboraron con los verdugos falangistas con su conformidad. Los muertos no tenían un nombre, ni unas circunstancias personales; eran ’rojos’. Las muertes no eran muertes, eran ’paseos’. Y la fuerza de las palabras desempeñó un buen papel en aquella conformidad.
     "Los hombres que no ejecutaban denunciaban, y, al enterarse de que el denunciado hab’a sido paseado, imaginaban en seguida que su denuncia habría servido para descubrir en la víctima otros horrendos delitos. Aquel denunciado había resultado ser un rojo perdido, y la hora de la justicia había sonado en España.
     "La aquiescencia de la Iglesia costó miles de vidas. Conocía mejor que nadie la cuantía de víctimas cada noche, puesto que los sacerdotes asistían a las ejecuciones. Jamás se preguntó si aquellas muertes ilegales eran o no lícitas. No se habló de ello en los púlpitos, y si algún sacerdote lo hizo fue pronto llamado al orden por sus superiores. Si reincidió fue detenido. Algunos religiosos de un convento próximo a la cárcel ingresaron en las celdas porque se habían permitido pedir clemencia desde sus púlpitos y porque sus palabras llenaron el templo de fieles que buscaban un consuelo.
     "Aunque es muy triste decirlo, muchos de estos sacerdotes encontraron en las ejecuciones un placer inconfesable. Algunos por curiosidad, otros por deleite y unos pocos por cumplir allí una misión trascendente, acudían de buena gana a presenciar los asesinatos.  Esta colaboración gustosa sólo se vio enfriada por algún incidente peligroso, como el ocurrido durante unas ejecuciones en las canteras de Casablanca. Uno de aquellos rojos, en el momento crítico, pasó sus manos esposadas por encima del haz de los faros del coche que iluminaba la escena. Los verdugos, ya nerviosos por la ceremonia, se asustaron ante aquel revuelo inesperado, y dispararon generosamente sus fusiles. Aquel sacerdote murió abrazado a su rojo.
    "Algunos de estos falangistas, al regreso de sus orgías, acudían a un confesor ya designado para ellos. Allí vertían la confidencia de sus pecados de esa noche y recibían la absolución. No eran confesiones muy ortodoxas, puesto que no se les exigía la contrición indispensable, pero la conciencia quedaba así adormecida y las orgías podían continuar en noches sucesivas. El confesor solía preguntar a su confidente si había sentido odio hacia aquellos hombres que se había visto obligado a matar en cumplimiento de su deber patriótico. La respuesta era siempre negativa, ¿por qué razón iba a sentir odio por aquel desconocido?
     "El ejército, salvo en los pocos casos de consejos de guerra, no intervino directamente en las ejecuciones, al menos en Zaragoza. Pero cuando deseaba deshacerse de algún soldado políticamente desafecto, no vacilaba en entregárselo a la Falange para que lo castigase de la única forma como sabía. El Ejército sí es culpable del asesinato de prisioneros de guerra, sobre todo si éstos pertenecían a las Brigadas Internacionales. En este caso el fusilamiento era inmediato y automático. (Ob. cit., pp. 63 y 66)

[Sánchez Dragó: ] Hasta aquí, la de cal. Más adelante, en el mismo libro, la de arena . . .
     "Las primeras horas ese día habían sido una confirmación gozosa de todas mis previsiones. El comportamiento del ejército republicano con sus prisioneros era exactamente el que yo había esperado: el que había anunciado a todos los que temían caer en manos del enemigo.
    "Pero a partir de las nueve o nueve y media de la maana, me enfrenté de pronto con unos hechos para los que no estaba preparado. El comportamiento bochornoso del ejército republicano me proporcionó una decepción que es, sin duda alguna, la mayor que he sufirdo en mi vida. Yo estaba preparado psicológicamente para soportar la crueldad de los franquistas; la encontraba consecuente con los esquemas previos. Pero encontrar esa misma brutalidad en el campo de mis amigos fue una experiencia cuyas consecuencias pesaron sobre mí durante muchos años." (Ob. cit., p. 371)
    Sobran las apostillas. Sobran también, y más, si cabe, las banderías, los sectarismos, los posicionamientos ideológicos.
    ’¡Qué asco!
(Sánchez Dragó, Muertes paralelas 226-31, citaba No se fusila en domingo, de Pablo Uriel)

(PS: pongo este comentario en el Blog de Fernando Sánchez Dragó: 


Sobre el paralelismo de las muertes, comparto y respeto la voluntad de Vd. de evitar partidismos, cainismos, etc. etc. y dar estopa a ambos bandos, que en ambos hubo muchos que la merecen.
Sin embargo, creo que los paralelismos están mal elegidos, y más para elegir figuras emblemáticas para la portada. Es excesiva la desigualdad entre una pandilla de fascistas dando "paseos", es decir, asesinando a ciudadanos no combatientes, y un poder legítimamente elegido, en tiempo de guerra, condenando a muerte al líder de una banda fascista, golpista y terrorista. Aunque se esté en contra de la pena de muerte; aunque el juicio no tuviese garantías.
No es lo mismo, y no es un paralelismo aceptable. A mi abuelo también lo asesinaron los falangistas, y si escribiese un libro podría ponerlo en la portada, en "paralelo", con algún pobre cura asesinado por milicianos, pongamos. Nunca, por supuesto, con José Antonio Primo de Rivera, jefe de los que tanta gente asesinaron. En fin, prefiero pensar que es un exceso de ecuanimidad por su parte, si tales excesos son posibles.


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post-scriptum, 2009. Setenta años después:
 

El eco de las descargas
 

Si los asesinos de las milicias de izquierdas se ensañaron con los curas, los falangistas y demás fascistas escogieron a los miembros de los sindicatos y a los maestros como víctimas favoritas para su campaña de terror.  Estas sí son muertes parelelas—las historias de asesinatos de maestros guardan un triste parecido. Hace poco se hizo en Zaragoza un pequeño acto de homenaje a los maestros asesinados en Aragón. Entre ellos estaba mi abuelo Ángel García Benedito, residente en Biescas y por entonces maestro de Escuer. Había sido el gran impulsor del traslado del pueblo de Escuer Alto y su refundación en el valle, ayudando y aconsejando a los vecinos que se reubicaban allí, para intentar mejorar sus penosas condiciones de vida. Otros muchos maestros se implicaron en mejoras sociales más de lo que gustó a los caciques, poderosos y conservadores, y su papel ejemplarizador hizo que los fascistas decidiesen utilizarlos para dar la última lección, como decía Castelao:


mestre
Fueron, como dice el título del libro de María Antonia Iglesias sobre ellos, "los otros santos, los otros mártires" de la guerra.



Uno de los relatos del asesinato de mi abuelo apareció en un libro que describe la represión en la Jacetania y el alto Gállego—El eco de las descargas, de Esteban C. Gómez, editado por el autor (Barcelona, 2002). Aquí hay unos pasajes. 


Tras ver frenado su Golpe de Estado contra la República por la actuación del pueblo y de las instituciones republicanas, los militares sediciosos, lejos de deponer las armas, comienzan a organizar con métodos fascistas la vida municipal de los lugares caídos bajo su dominio; asimismo se disponen a controlar la retaguardia ediante la violencia y el terror.
    Aunque sus afines gozaban de una autonomía casi ilimitada para organizar y reprimir, en última instancia todo se subordinaba a los dictados de los militares. La jerarquía, la disciplina y la exaltación de la violencia eran los valores imperantes.
    Inmediatamente comienza la movilización para la guerra.
    EL PIRINEO ARAGONÉS, con fecha 01-08-1936, desvela lo que se avecina:
"Llegaron varias escuadras fascistas de Logroño y requetés de Pamplona, que, en entusiasta colaboración con las fuerzas militares, hacen los servicios correspondientes y atrevidas exploraciones por la comarca.
(...)
Regimiento de Galicia, Guardia Civil, Carabineros, policía, voluntarios de Jaca y veraneantes, milicias fascistas de Logroñ y requetés de Pamplona siguen circulando con ávido entusiasmo por las calles de nuestra ciudad. Muéstranse incansables en sus respectivos servicios dentro de la población y en sus constantes excursiones de vigilancia por alejados lugares de nuestra comarca".

(...)
El domingo día 2, después de haber oído ’misa de campaña’, entre soflamas y cantos, un grupo de aquellos falangistas que mencionaba EL PIRINEO ARAGONÉS colaboraban entusiastas con las fuerzas militares para suministrar y nutrir a las fuerzas sublevadas acantonadas en Biescas y desplegadas en Gavín. Al llegar a Escuer uno de los autos se detiene y de él descienden requetés y falangistas en alegre camaradería siendo recibidos, brazo en alto, por el nuevo alcalde (Inocencio Púertolas). Otros convecinos los rodean y asaetean a preguntas en demanda de información. Allí, una persona ’de orden’ y entusiasta del ’movimiento salvador de España’, les da el ’soplo’ de que el maestro, Ángel García Benedito, es de Izquierda Republicana y de ideas muy progresistas. Los falangistas, al llegar a Biescas, donde también les han dicho que vive el maestro de Escuer, preguntan por éste. La plaza del Ayuntamiento se encuentra muy animada, con la presencia de soldados, requetés y falangistas entremezclados con algunos vecinos del pueblo que la transitan. Las autoridades democráticas han huído; muchos jóvenes han ido a Yésero, donde los primeros focos de resistencia se organizan. El capitán Cabrerizo, jefe militar de la plaza, ha reemplazado a las autoridades civiles con gente de su absoluta confianza, resucitando el antiguo caciquismo. Ahora, quienes hacen y deshacen dejando su impronta en los designios de la villa son: Salvador Lacasa, nombrado Alcalde; José María Estaún; Lorenzo Ipiéns; Antonio Rosalí; Antonio Marcos Boira; y mosén José Aranda.
    El maestro de Escuer, que vivía en la misma plaza, tras ser detenido, fue vejado, pateado y humillado entre crueles risotadas y cantos patrióticos. Quienes podían hacer algo por él, no lo hicieron: lo aceptaron y callaron. Cuando los falangistas retornaron a Jaca, lo tomaron consigo y a 2 km lo asesinaron a orillas de la carretera en las inmediaciones del barranco de Arás. Era el segundo maestro que ejecutaban y el primero del mes más sangriento de toda la guerra, con 79 fusilados.
    Ese mismo día escribía en su diario el profesor Florentín Ara:
"Qué concepto de la vida y de la moral tienen estas gentes que hoy nos esclavizan? Misas, novenas, medallas, escapularios, pláticas, mentiras, robos, atropellos, asesinatos, crueldades, insultos, violencias, blasfemias, suciedades y cantos con la música de la ’Cucaracha’: ese es el programa de los de ’Dios, Patria, Familia, Orden...’ Todo el programa y toda la realización de una España de Inquisición y Pandereta; de curas, chulos y prostitutas, de rosario y navaja; de sangre y de cieno; de vergüenza y lenocinio. ¡Ah! el gran pecado de las izquierdas ha sido siempre [—no siempre, no siempre, ay las generalizaciones....—] el respeto a la legalidad y el afán de convivencia, evitando rozamientos y gestos agrios. La lección que estamos recibiendo es demasiado seria para que la olvidemos. ¿Qué respeto tienen ellos por la propiedad, por la vida humana, por la conciencia individual, hacia nada de lo que significa conquistas de nuestro tiempo? Espada para hacer y deshacer y altar para purificar lo que la razón, la justicia y el derecho condenan. ¡Esas son las derechas españolas, hechas a la más negra obstinada reacción, sin sentido, ni idea de que el tiempo corre! ¡Qué bien va esto!: misas al aire libre y música a todo pasto; mientras tanto, las ejecuciones en masa".

En una pensión de Jaca se alojaron los falangistas que mataron a mi abuelo, esos luceros de la patria. Uno de ellos al parecer estaba avergonzado de sí mismo y arrepentido. Los otros seguían "enteros", le contaron a una tía mía quienes supieron de ellos.  Mi abuela nunca superó el golpe. Además fue expulsada del cuerpo de maestros, como todos los demás.  Luego reingresaría como maestra, pero vivió sin asimilar nunca lo sucedido, traumada para siempre por este episodio—por así llamarlo, pues es un episodio de esos en los que se para el tiempo. Aunque quizá sí lo superó a su manera, usando las fuerzas que tuvo, para abrirse camino en la nueva y siniestra España por la única vía que encontró— sacando adelante a sus tres hijos, y dándoles estudios.

Denuncias por asesinato no hubo ninguna. Aquí no vale la pena quejarse a las autoridades por estas cuestiones. A los Nacionales, mucha gracia les hubiera hecho la denuncia. De hecho, ya reposada la cosa, en 1966 se molestó el gobierno franquista en declarar prescritos por decreto todos los delitos cometidos con anterioridad al 1 de abril de 1939. Luego, en la Transición, la amnistía general volvería a decretar que estas cuestiones no eran investigables ni penables. A los asesinos, por lo que se ve, no les ha faltado apoyo desde arriba, nunca, y menos en aquellos años de posguerra. La "Justicia" siempre ha estado de su parte.

Muchos más años tendrían que pasar hasta que se recordase debidamente la memoria de mi abuelo, tanto marcaba la época. Y de hecho el eco de esos disparos llega, más de setenta años después, hasta aquí mismo.










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