martes, 8 de mayo de 2012

Hindsight Bias en 'Of Prophecies' de Francis Bacon


Al fenómeno de la distorsión retrospectiva o hindsight bias ya le he dedicado bastantes trabajos, e incluso un blog monotemático, que lo denomino "Retrospection". Se ha popularizado alrededor de este año 2000 sobre todo en cuestiones de análisis económicos, y también en medicina, aunque es una cuestión inherente a la filosofía de la historia, la teoría de la narración, etc. Interdisciplinar, vamos, como la narratología misma.

Podíamos definir a la distorsión retrospectiva o hindsight bias como una ley psicológica de la percepción, contraria en sus efectos a la conocida ley Gestaltista de "la primacía de las primeras impresiones." Se supone (y es cierto) que las primeras impresiones de un objeto, persona, fenómeno, etc., marcan y perduran, y que las percepciones subsiguientes son modificaciones efectuadas sobre la base de una primera impresión que ha marcado ya la tónica. Ahora bien, puede igualmente sostenerse lo contrario: la importancia de las últimas impresiones, y allí llegamos a la distorsión retrospectiva. Las experiencias recientes actúan retroactivamente sobre las anteriores, e incluso sobre las primeras impresiones, distorsionándolas, de modo que podríamos hablar de la primacía de las últimas impresiones. "Nunca digáis de un hombre que ha sido afortunado hasta que haya llegado su última hora" decía el coro de Edipo Rey, y puede servirnos de ejemplo de hindsight bias. Las últimas impresiones modifican todo lo que ha venido antes, lo someten a su ley, y lo convierten en una mera preparación de lo que iba a seguir. Que la cuestión es compleja puede colegirse del hecho de que ambas leyes tienen su parte de verdad, la primacía de lo primero, y la primacía de lo último. Parafraseando a Samuel Beckett, podríamos decir que al principio, es el principio lo que parece lo más importante. Luego se ve que era la parte de enmedio la más importante, y al final, es el final lo que resulta ser lo más importante. Pues a fin de cuentas es el final lo que queda, cuando todo acaba.

Sirva de ejemplo del uso del concepto de hindsight bias en teoría económica este artículo de Mari Adam sobre las previsiones engañosas, o ilusiones de previsiones acertadas, en materia de inversiones:



Speaking last week at an investment conference, behavioral finance expert Dr. Richard Thaler of the University of Chicago warned listeners how hindsight bias can play havoc with your investment strategy. In simplest terms, hindsight bias is “the tendency to remember that our forecasts were better than they really were” or the “I knew it all along” effect.

Looking back, we think we knew or suspected something was going to happen before it happened. For example, how many times have you heard people say “they saw the tech bubble coming in 1999″ or they “saw the signs that the market was going to crash in 2008?”

The problem is that empirical research shows our recollections are just not correct. Looking back after an event, test subjects claim “they knew it all along.”  But prior to the event, results show they had no idea what was really going to happen.

Hindsight bias has a very powerful  – and usually negative – effect on our investment behavior.  How can we keep it from sabotaging our investment strategy?

Process, Not Prognostication

Investors need to start by acknowledging that their forecasting ability is far from perfect, and rely instead on a disciplined, systematic investment strategy rather than ”hunches” or “instincts” to grow their wealth. That’s why sticking to a consistent asset allocation, rather than trying to time the market,  is a proven and successful investment technique.

Investment adviser Larry Swedroe puts it well.  “The bottom line is that hindsight bias is very dangerous. It causes investors to recall their successes, but not their failures. It also causes investors to believe that investment outcomes are far more predictable than they actually are.” To combat the effects of hindsight basis, make sure you have a rational basis for buying or selling an investment (you might even find it helpful to write down your reasons on paper). Back up your decisions with facts instead of relying on “perceptions.” Compare performance results with relevant benchmarks to improve your objectivity.

Curb Your Overconfidence

“The most obvious result of hindsight bias is overconfidence among investors. It leads them to believe that just because they predicted past events, they can do the same for the future and invest accordingly. However, these predictions invariably turn out to be wrong ” writes financial journalist Vivek Kaul of India’s Economic Times.

Los Angeles financial planner David Zuckerman  agrees.  “One of the most important implications of hindsight bias is that it gives investors a false sense of security when making investment decisions.  Overestimating the accuracy of past forecasts can lead to excessive risk taking.”

This was confirmed in a 2008 study of investment bankers in London and Frankfurt that found traders with higher levels of hindsight bias did worse in managing investments and those with lower levels of  hindsight bias had better investment results.  Why?  Researchers suggest that hindsight-biased traders didn’t recognize that their view of the market was wrong, underestimated risk, and failed to learn from mistakes. Those with a more realistic appreciation of their abilities and limitations correctly measured and managed risk.
 


Respect the Random, Irrational and Unknown

In his 2007 book, author Nassim Taleb popularized the idea of a “black swan”  event - one highly unlikely and unpredictable but potentially extreme in impact.  Unfortunately, ”black swan” events, like the 2008 Great Recession or the housing meltdown, seem to happen more often than would be predicted, partially as a result of hindsight bias which causes us to minimize the variability and volatility of everyday events.

A good investor recognizes that life does not always play out according to plan.  Expect the unexpected.  Ask yourself what can go wrong and hedge against it, rather than focus exclusively on what you believe will go right.  Remember why we stress the mantra of diversification.  It’s not to increase returns; it’s to protect you should events not turn out exactly as you would like.

De Taleb ya hablamos a este respecto en "El efecto Mateo y la calidad retroactiva".

Bien, a lo que iba. Trazar la historia del concepto de hindsight bias es problemático, porque es a la vez amplio y difuso—se difunde en multitud de fenómenos relacionados, y por supuesto normalmente no se usa este término para cubrirlos a todos. De hecho, en teoría narrativa y literaria no se viene usando el término, aunque son frecuentes las teorizaciones relativas a retrospección y hindsight, y al contraste entre expectativas pasadas y presentes de narradores o personajes. Por ejemplo en las caracterizaciones del yo narrador frente al yo narrado (o yo personaje) en narratología, al discutir las novelas en primera persona, o al establecer la diferencia de perspectiva entre las modalidades narrativas de la novela en forma de memoria (con conocimiento retrospectivo amplio por parte del narrador) y la novela en forma de diario o cartas (con escasa perspectiva retrospectiva por parte del narrador). Yendo muy atrás, podríamos remontarnos a los análisis aristotélicos sobre la noción de argumento o mythos, que (tal como mostró Paul Ricœur en Temps et récit) es un instrumento de configuración temporal inherentemente retrospectivo—contiene en sí, por así decirlo, un hindsight bias de oficio, pues el principio está allí narrado con vistas a lo que será el final del argumento; van ligados principio medio y final en una lógica causal-temporal que no es sólo prospectiva, sino también retrospectiva. No sabemos dónde comenzó la historia, a menos que sepamos dónde acaba.

Como digo, es difícil discernir cada momento de la consciencia de la mente crítica en el que estas cuestiones van haciéndose explícitas, y reflexivamente conscientes—es decir, cuando no sólo se "comete" la falacia de la retrospección, pues ha de cometerse siempre de una manera u otra, al ser inherente a la existencia temporal y a la comprensión del pasado, sino que también, además de cometerse o realizarse, se entiende o analiza, con conocimiento crítico, identificando el fenómeno, mostrando sus modalidades, y y poniéndole nombre. En "La lógica de la narratividad según Polibio" señalábamos en el historiador griego Polibio un caso temprano de conciencia crítica de esta imbricación paradójica del presente, el pasado y el futuro en la narración.

Otro momento clave de la consciencia crítica sobre la distorsión retrospectiva aparece con el pensamiento crítico de la primera modernidad, en esta ocasión en la obra de Francis Bacon. Ilustrado avant la lettre, Bacon busca combatir la ignorancia y las supersticiones populares, a la vez que apunta un tanto maquiavélicamente la utilidad que tienen para manejar a los crédulos, que son muchos. En muchos aspectos de su obra aparece esta visión crítica, en especial en su discusión sobre los ídolos, o "falacias cognitivas" diríamos hoy, que obstaculizan el entendimiento y la correcta comprensión de las cosas. Hay diversas categorías de ídolos: los del foro, los del teatro, los de la tribu, los de la caverna...

Probablemente haya que colocar la propensión humana al hindsight bias
, y a la creencia en profecías, entre los ídolos de la tribu, es decir, los relativos a las propensiones cognitivas y limitaciones de la mente humana, como son el establecimiento de categorías dicotómicas, o o la confusión entre secuencia y causalidad (post hoc non ergo propter hoc). Los Essays de Bacon pueden leerse aquí. Veamos lo que dice Bacon sobre el hindsight bias en su ensayo sobre las profecías, "Of Prophecies", donde busca desacreditar a farsantes, estafadores y falsos profetas tipo Nostradamus. Presenta varios casos de profecías popularmente consideradas acertadas, por ejemplo, la predicción del descubrimiento de América en Séneca:

--Venient annis
Saecula seris, quibus Oceanus
Vincula rerum laxet, et ingens
Pateat Tellus, Tiphysque novos
Detegat orbes; nec sit terris
Ultima Thule:

y termina el ensayo con este párrafo jugoso:


There are numbers of the like kind; especially if you include dreams, and predictions of astrology. But I have set down these few only, of certain credit, for example. My judgment is, that they ought all to be despised; and ought to serve but for winter talk by the fireside. Though when I say despised, I mean it as for belief; for otherwise, the spreading, or publishing, of them, is in no sort to be despised. For they have done much mischief; and I see many severe laws made, to suppress them. That that hath given them grace, and some credit, consisteth in three things. First, that men mark when they hit, and never mark when they miss; as they do generally also of dreams. The second is, that probable conjectures, or obscure traditions, many times turn themselves into prophecies; while the nature of man, which coveteth divination, thinks it no peril to foretell that which indeed they do but collect. As that of Seneca's verse. For so much was then subject to demonstration, that the globe of the earth had great parts beyond the Atlantic, which might be probably conceived not to be all sea: and adding thereto the tradition in Plato's Timaeus and his Atlanticus, it mought encourage one to turn it to a prediction. The third and last (which is the great one) is, that almost all of them, being infinite in number, have been impostures, and by idle and crafty brains merely contrived and feigned, after the event past.

En este párrafo de Bacon se echa de ver cómo el fenómeno de la profecía queda explicado por un complejo de diversas tendencias: sólo nos acordamos de las profecías acertadas, y olvidamos las erradas. Es un primer caso de distorsión retrospectiva. El segundo caso se debe a la vaguedad: tras un acontecimiento, tendemos a leer como un caso de referencia directa a él, en la profecía que lo precedió, lo que no es sino una vaguedad o generalidad que podría haberse aplicado igualmente a otras muchas cuestiones diferentes o a otros acontecimientos de ese mismo carácter que puedan suceder. Nuestra atención se centra de manera distorsionadora (hindsight bias) en la relación destacada por la mente entre la profecía y el evento, y podría decirse que por mero Gestaltismo, se crea una ilusión de profecía acertada.

Y el tercer caso es todavía otra variante más de un razonamiento muy consciente del hindsight bias. Un hindsight bias en segundo grado quizá podría llamarse: pues en este caso, no es que la profecía preceda al acontecimiento, sino que lo sigue: y la profecía es inventada después y plantada falsamente en un momento anterior, por falsificación o engaño: de modo que puede permitirse ser mucho más exacta y precisa que en los casos anteriores.

Sean o no concebibles otras variantes, hay que colocar a Bacon en lugar destacado entre quienes, lejos de limitarse a ejercer con alegría la distorsión retrospectiva, la sometieron a crítica racional, y empezaron a conceptualizar sus mecanismos y modalidades.


 
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