martes, 6 de marzo de 2012

The Kid (en el Cerbuna)

"El chico" (Ciclo de Cine: "Derechos de infancia y adolescencia I") (Zaragoza)



Fecha06/03/2012
LugarC.M.U. Pedro Cerbuna
(C/ Domingo Miral, s/n)

Zaragoza
Hora19:00
EntradaLibre
OrganizaVicerrectorado de Proyección Social y Cultural de la Universidad de Zaragoza - Área de Actividades Culturales
ColaboraVicerrectorados de los campus de Huesca y de Teruel, Área de Proyección Social y Asociación Universitarios con la Infancia.
EL CHICO (The Kid)
País: EEUU Año: 1921 Duración: 68 min. B/N
Dirección y guión: Charles Chaplin.
Fotografía: R.H. Totheroh.
Dirección artística: Charles D. Hall.
Montaje: Charles Chaplin (sin acreditar).
Intérpretes: Charles Chaplin, Jackie Coogan, Edna Purviance, Carl Miller, Tom Wilson, Henry Bergman, Lita Grey.

Información de la web de la Universidad:
  Sinopsis: Una mujer londinense, sumamente pobre, se ve en la necesidad de abandonar a su hijo en una casa de millonarios, aunque por una serie de circunstancias el niño terminará siendo cuidado por un vagabundo que se convierte así en su padre. Cinco años después, y con la madre convertida en una popular cantante, el destino tratará de separarlos...
Primer largometraje y primer film mayor del realizador Charles Chaplin (Londres/RU 1889 – Suiza 1977). El guión, del propio Chaplin, combina ficción y elementos de carácter autobiográfico, que hacen de éste el que muchos consideran su trabajo más personal. Se rueda, entre el 30-VII-1919 y agosto de 1920, en escenarios reales de L.A. (Olvera Street) y Pasadena (Colorado Street Bridge) y en los platós de Chaplin Studios (Hollywood, L.A.). Producido por Charles Chaplin para Chaplin Productions y First Internacional, se proyecta por primera vez en público, en sesión de preestreno, el 21-I-1921 (NYC).
La acción dramática tiene lugar en Londres en dos momentos: 1915 y 1919/20. Una joven madre soltera, pobre y sola, abandonada y olvidada por su compañero y sin ayudas familiares, da a luz un niño en el Hospital de Caridad de la ciudad. En un momento de desesperación, lo abandona en el interior del Rolls Royce (modelo Silver Ghost) de una familia multimillonaria, pero el destino decide que lo recoja un vagabundo, que se convierte en su padre adoptivo. Éste, de unos 25 años, es de buen corazón, soñador, melancólico, pillo y tramposo. Tiene problemas constantes con la policía y sobrevive gracias a los trabajos marginales que le proporciona su condición de pícaro. El chico, de 5 años, es vivaracho, desenvuelto, listo y cariñoso. Se convierte en un firme apoyo del padre en las tareas de la casa y en el trabajo.
El film suma comedia, drama, pobreza, familia y cine mudo. Técnicamente es un largometraje, de acuerdo con la definición en vigor de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas (EEUU), el American Film Institut (EEUU) y el British Film Institut (RU), ya que su duración es superior a 45 minutos. Contiene un fondo autobiográfico importante, que recoge recuerdos de infancia del autor, como la situación de pobreza familiar, su separación forzada de la madre, la dura experiencia de dos años de reclusión en un asilo para niños, etc. Le impulsa a escribirlo la frustración que le produce el fallecimiento (10-VII-1919) de su primer hijo, Norman Spencer, nacido 3 días antes con malformaciones genéticas. El 30-VII-1919 inicia el rodaje del film, movido por un afán de perfeccionismo que le lleva a repetir una y otra vez las escenas, hasta totalizar un promedio de 53 tomas por cada una de las seleccionadas y montadas en la cinta.
El relato es sencillo, como un cuento de hadas, y desborda ternura y cariño. El resultado es una obra entretenida, conmovedora, cautivadora e inolvidable. No es el mejor trabajo de Chaplin, pero es una de sus grandes películas. Consigue un nivel extraordinario de intensidad emocional sin caer en sentimentalismos vacíos, vanos y superficiales. Combina sabiamente humanismo y lirismo, comedia y drama, humor y melancolía. Es una de las más bellas películas sobre la infancia y, al mismo tiempo, es una hermosa película sobre la paternidad, la familia y la educación.
El guión evita el pintoresquismo de la pobreza y de sus manifestaciones, para buscar la veracidad, la sinceridad y la transparencia. Deseos de libertad, honestidad, independencia, justicia y cambio, animan el trabajo del realizador. Al amparo de estos deseos, denuncia las diferencias sociales, el contraste entre quienes lo tienen todo y los que tienen poco o no tienen nada, los dormitorios sociales (de pago) para los sin techo, la mendicidad, la escasez y la mala calidad de los servicios sociales y de los servicios públicos de sanidad, limpieza y otros en los barrios pobres, el rigorismo y la ausencia de sentido humanitario de las instituciones asistenciales, como el Hospital de Caridad para enfermos y parteras sin recursos, concebido como un centro cerrado con vallas y rejas, a la manera de prisión.

En 1971 Chaplin decide hacer un nuevo montaje del film, al que añade una banda sonora de nueva creación y autoría propia. Suprime varias escenas, con lo que reduce el protagonismo de la madre, pero mejora la solidez del conjunto, evita digresiones innecesarias y eleva la dignidad de la figura materna. Las escenas suprimidas son el encuentro de la madre con una pareja de recién casados, el encuentro casual con un antiguo amante y la escena rodada en Colorado Street Bridge. El film guarda relación con el realismo de Dickens (1812-70), su David Copperfield (1848-49) y su afición por la infancia.
Es de gran interés el análisis que establece de la relación entre el padre y el hijo. Más allá del tratamiento humorístico, el padre trata al pequeño con afecto, amor, respeto y reconocimiento de su dignidad como igual (se reparten a partes iguales la comida). La interpretación de Chaplin es magistral y es soberbia la del niño Jackie Coogan (1914-84), que tenía grandes aptitudes imitativas y reproducía a la perfección los movimientos y la gestualidad que le enseñaba el realizador. El film eleva a Chaplin a la categoría de los grandes cineastas del momento y lo convierte en uno de los más acreditados y famosos.

La banda sonora, de Charles Chaplin, para orquesta completa, ofrece un tema de amor, que es el tema principal. Añade ritmos de fox, fox-trot y marchas, que aportan dinamismo y gracia. La fotografía, de Roland H. Totheroh, se rueda a cámara fija frente al escenario y a cierta distancia del mismo. El humor visual cuenta con un generoso repertorio de peleas, puñetazos, persecuciones, huidas, caídas, etc. La escena fantástica se resuelve con gran ingenio, ternura y humor.



Siempre que sea posible las películas se visionarán en V.O.S.E.
Las proyecciones contarán con presentación previa y coloquio posterior a cargo de la Asociación “Universitarios con la infancia”

Se concerán créditos de libre elección (1 para estudiantes de plan antiguo y 0,5 para estudiantes de grado) para aquellas personas que acudan a un mínimo de 7 proyecciones y realicen un trabajo.

Más información e inscripciones en Área de Actividades Culturales de la Universidad.


Es difícil saber con esta versión en DVD, con un nuevo montaje de Chaplin, conocer el ritmo y lenguaje fílmico preciso de esta película en 1921. En todo caso, en esta versión "remodelada" es una obra maestra, y no cabe duda de que Chaplin fue uno de los grandes inventores de la narración cinematográfica. Está especialmente lograda la composición informativa de las escenas, la claridad que distingue los fondos lejanos de los cercanos, la interacción de los actores... y por supuesto la nueva banda sonora perfectamente integrada con el tono emocional de cada escena.

A notar la transición de la realidad al sueño en la escena "Dreamland", con qué tranquilidad pasa el cine del realismo a la ensoñación, y con qué claridad lo consigue evocar Chaplin. (Aunque no es el primero que representa distintos planos de realidad en el cine; vino antes Méliès).



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¿Y dónde veía yo a estos clásicos?  A Charlot, claro, lo veíamos con frecuencia en un programa de "Cine Mudo" que echaban en la tele, en blanco y negro por entonces, así que hacía más próximo en el tiempo, y lo era, y lo era. Pero sus películas largas no las ví de niño, con alguna excepción quizá. Sobre "The Kid" leí en un cómic o revista juvenil francesa que me leía en los 70, en Francia, me lo regalaron mis tíos creo. "Bayard" se titulaba, y en una sección hablaba de las estrellas del cine mudo. Luego me informé sobre Chaplin como artista del cine en la enciclopedia temática de Roger Caratini—fue allí donde se me despertó una conciencia del cine como arte. 


Pero hoy interesa poco esto. A mis chavales no hay manera de interesarlos por ver películas antiguas. Y de todos los estudiantes de la Universidad de Zaragoza (miles y miles) a este ciclo asistieron ayer tres o cuatro. Cuando lo tienen gratis, que a su edad no me perdía yo una.







 
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