miércoles, 29 de septiembre de 2010

Cada uno su ilusión



Nos vemos You Will Meet A Tall Dark Stranger / Encontrarás al hombre de tus sueños. La última de Woody Allen, muy divertida a pesar de cierta justicia en esta reseña del Village Voice.

IMDb  summary: Follows a pair of married couples, Alfie (Hopkins) and Helena (Jones), and their daughter Sally (Watts) and husband Roy (Brolin), as their passions, ambitions, and anxieties lead them into trouble and out of their minds. After Alfie leaves Helena to pursue his lost youth and a free-spirited call girl named Charmaine (Punch), Helena abandons rationality and surrenders her life to the loopy advice of a charlatan fortune teller. Unhappy in her marriage, Sally develops a crush on her handsome art gallery owner boss, Greg (Banderas), while Roy, a novelist nervously awaiting the response to his latest manuscript, becomes moonstruck over Dia (Pinto), a mystery woman who catches his gaze through a nearby window.

Es como Match Point pero en clave de comedia de situación, en lugar de pseudo-tragedia pasional—y narrada por voz en off en tercera persona, no en primera, para mayor ironía y distancia. Woody Allen recreándose más que nunca en las incoherencias de los demás y en las propias—riéndose de cómo buscamos soluciones imaginarias a los problemas, nuevos amores, ilusiones nuevas, que ilusionan la vida, pero que al final resultan no ser sino ilusiones, o viceversa, que aunque resultan no ser sino ilusiones, dan ilusión a la vida.

Dos escenas características: Roy, escritor bloqueado, se obsesiona con la vecina de enfrente a la que ve desnudándose a través de la ventana. Cuando por fin la seduce, se separa, se muda allí, ¿qué hace? Mirar por la ventana a su ex mujer, enfrente, cómo se desnuda.

Ésta ex-posa es hija de una señora mayor, Helena, que está neurotizada porque la ha dejado su marido (Anthony Hopkins) por una furcia... así que busca consuelo en una médium, que le promete un futuro ideal y feliz, cuando es obvio que no la esperan sino la soledad y pronto la muerte. Su yerno (el escritor frustrado) la quiere desengañar, pero su hija le sigue la corriente y la anima en sus fantasías, entre otras cosas porque Helena les paga el alquiler. También quiere su hija que le haga un préstamo para montar un negocio, pero ay, la médium le dice a su madre que "los planetas no están bien conjuntados para eso"... y allí la hija de Helena se desmelena y se sube por las paredes:

—"Pero no ves que es una estafadora, una cuentista, ¡¡que no te cuenta la realidad sino sólo lo que quieres oír, para luego llevarse la pasta!!"

(Jeje...)

Roy supera su bloqueo creativo publicando como suya, y con éxito, la novela de un amigo que ha muerto en un accidente—roba el manuscrito que había leído. Pero ay, que no había muerto el amigo, que estaba en coma, se lo habían contado mal a Roy... y ahora parece que el amigo se despierta... mueve un ojo... sí...

La aventura de Alfie, el marido de Helena, con la furcia, la viagra y la vigorexia termina mal, ella es una descerebrada de antología, le funde la pasta y le pone los cuernos con el del gimnasio, pero... mira, está embarazada del hijo que quería él y que Helena no pudo tener. Le haremos la prueba del ADN a ver de quién es el niño. De momento el del gimnasio le ha partido la cara al viejo galán, pero igual acaba teniendo un niño como quería.

Algunos de los que mejor se engañan a sí mismos terminan felices en esta película, como la vieja Helena que liga con un viudo—feísimo, pero viven los dos en un mundo de ilusiones New Age, visiones, sesiones espiritistas y reencarnaciones imaginadas. Tampoco es que quede garantizado el éxito mediante el autoengaño sistemático, ah no no, que normalmente las ilusiones tienen ida y vuelta—sólo es que no se descarta, como a veces los placebos dan mejor resultado que las medicinas de verdad, o al menos dejan al usuario más contento. Si la cosa funciona... Quizá la película no signifique nada más que la vida, como nos dice Woody, y sea un cuento de ruido y furia, sobre la poca sustancia y la incoherencia de la gente, la irrelevancia de lo que se hace mientras esperamos el golpe de guadaña. Pero es un cuento muy divertido, y llevado como una seda por el cuentista.

 
—oOo—


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